Hoy en día no cabe duda que el modelo de negocios conocido como “Low Cost” (Bajo Costo) está permeando el mercado. No sólo que ésta filosofía de gestión haya tomado cuerpo y se ha consolidado en varios sectores de negocios, sino que la misma se difunde en muchas otras áreas económicas.
Lo que comenzó en al sector de las líneas aéreas en Estados Unidos, hoy se ha difundido en todo el mundo, y en especial, en Europa, y así se encuentran empresas “low cost” en sectores como:
• Líneas aéreas: Ryanair, Air Berlin, Easy Jet, Vueling, entre otras.
• Cruceros turísticos: EasyCruise, que ofrece cruceros desde 60 euros por noche.
• Alquiler de automóviles: destaca Pepecar, con autos y motos desde un euro por día.
• Hoteles: EasyHotel.com, Travelodge, Hoteles Accor, Sidorme, City Express. Ibis.
• Cine en casa: e-Mule, Lime Wire.
• Establecimientos de moda: H&M, Karl Lagerfeld, Madonna, Stella McCartney.
Existen también las relacionadas con el comportamiento de los consumidores que están empujando la difusión del “low cost” en todos los sectores de negocios, las más visibles son:
• Se está progresivamente consolidando una generación de compradores que exige que las empresas se adecúen a ellos y a sus posibilidades, contrario a los esquemas tradicionales de la relación empresa consumidores.
• En Europa existe una gran proporción de la población cuyos ingresos no superan los 20.000 euros al año (son los llamados “mileuristas”); para este amplio segmento el “low cost” ha representado lo que fue, en los años 50, la disponibilidad de los electrodomésticos para la clase media, el desarrollo del turismo de masa y el acceso a muchos productos y servicios que antes estaban reservados sólo a los niveles altos de las sociedades europeas.
• Ha surgido lo que se ha denominado el consumidor “híbrido”, que apuesta por el lujo y por lo asequible, que no desaprovecha las gangas, aunque su poder adquisitivo le permita acceder a productos y servicios de alta gama.
• Comprar barato es ser un comprador inteligente, que ya no es una figura que se encuentra sólo en los niveles socioeconómicos bajos; se corresponde con una actitud que tiene como propósito auto-percibirse como un comprador capaz e inteligente, en capacidad de comparar y saber elegir.
• Se está imponiendo el concepto barato y elegante.
Los estadounidenses, han definido el modelo de negocios “low cost” con tres frases: low cost (costes bajos), low fares (precios bajos), no frills (ningún servicio). En realidad, aunque la frase no frills ha sido traducida como “ningún servicio”, el significado de frills es “adornos”, lo que refleja mejor el concepto “low cost” en la actualidad. No se trata de eliminar todos los servicios conexos o de apoyo al servicio básico, sino de, hacer menos de todo aquello que se considere estrictamente superfluo o que se ha ido agregando a la oferta básica de la empresa para dirigirla a un público cada vez más exclusivo, capaz de pagar precios más altos.
En conclusión la “tendencia” por los costos bajos no es exclusiva de las empresas “low cost”, sino que es parte de la estrategia de la mayoría de las empresas, en especial ante la actual crisis económico-financiera mundial. Además, es de señalar que la experiencia indica que el logro de costos bajos no es sinónimo de éxito en las empresas “low cost”. Los consumidores están dispuestos a aceptar ciertos inconvenientes con el fin de pagar un precio más bajo, pero esa aceptación tiene sus límites. En el sector de las líneas aéreas se han producido más de 20 quiebras de líneas “low cost” y no todas han sido a causa de los costes.
EL CONCEPTO DE LOW COST APLICADO A LOS SERVICIOS DE HOTELERÍA
Los hoteles de bajo costo se forman a partir de unidades de alojamiento independientes consistentes en módulos prefabricados, transportables y desmontables que reducen los tiempos en la instalación, facilitando su situación dependiendo de su utilidad o necesidades.
De la misma manera, ha habido varios emprendimientos que han imitado el modelo, pero en la hotelería, lo que permite que hoy por un precio mínimo se pueda dormir confortablemente y reducir de forma considerable el presupuesto de un viaje. Algo que en tiempos de crisis es más que beneficioso.
Así, cadenas como Formule 1, Ibis y después Travelodge, comenzaron ubicándose en carreteras, para luego ser imitadas por otras empresas, que buscaron lo mismo pero en las ciudades. Con toda lógica, al conseguir vuelos económicos, los viajeros no estaban dispuestos a pagar grandes sumas en el hotel sólo para tener un lugar donde dormir y ducharse, por lo que de esta manera se explica el éxito de este tipo de emprendimientos.
Las ciudades como Barcelona y Madrid han sido pioneras en este tipo de establecimientos, por ello, firmas como Chic & Basic o Room Mate han ido expandiéndose, e incluso ampliándose a otros países.
Lo curioso es que grandes cadenas, como Sol Meliá, Husa u Holiday Inn, que han intentado sacar segundas marcas, no han sido tan exitosas, tal vez porque el inconsciente colectivo las sigue asociando al costoso lujo y confort de sus establecimientos principales.
Piscina, restaurantes, gimnasios y grandes áreas de uso común son los plus que se han quitado para rebajar los costos, ya que se busca captar al turista que no va a disfrutar del hotel, sino del sitio que visita, y el alojamiento es una simple necesidad a ser satisfecha de la forma más básica.
Hay distintas formas de disfrutar del viaje, y mientras muchos elijen mimarse con los lujos de un gran hotel, otros prefieren aprovechar al máximo la ciudad que visitan y sólo ir a dormir. Lo bueno, es que todos puedan ser satisfechos y a un precio justo en cada caso.
Fuente:
http://www.turismito.com/europa/el-concepto-low-cost-aplicado-a-la-hoteleria
http://todolowcost.blogspot.com/2010/06/llega-un-nuevo-concepto-de-hoteles-low.html
http://www.marketingdeservicios.com/blog/creatividad-e-innovacion/low-cost-en-los-servicios-las-claves-del-exito-segunda-parte/